Si fuera ciega
estoy segura que pudiera
diferenciarlo entre todas las personas,
con tan solo abrazarlo,
con solo escuchar su risa,
con solo tocar sus labios,
con solo estar cerca,
con solo sentir esa buena vibra;
si fuera ciega
también me hubiese enamorado de él,
de su fragancia,
de su espalda,
de su silueta,
de su forma tan segura
de tomarme de la mano,
de su acción
de ponerme cerca de él
y sentir su latido y su respiración.