Pude decir tantas cosas,
pude decir que te extraño,
que me haces falta,
solo pude decir ¿cómo estas?
no podía verte a los ojos;
evadía tu mirada.
Y me quede sentada,
llorando,
sin hacer el mínimo esfuerzo
de ir por ti,
y preguntarte si aún me amas.