Sectaria de un amor
que nunca me ha pertenecido,
magnetizada por
un padecer,
plegaria politeísta,
para encontrar el hiato
entre mi realidad y mi inventiva...
Si en algún momento me hubiesen preguntado
de quien enamorarme,
no te hubiese elegido,
ni siquiera hubiese volteado a verte,
mucho menos preguntado tu nombre,
si tan solo hubiese tenido otra opción,
la debí de haber tomado,
antes de ser parte de una de tus aventuras,
antes de respirar profundo y decirte que eras lo único que quería,
antes de quedar fascinada con cada uno de tus lunares,
antes de probar tu saliva, que perforó cada papila gustativa.