jueves, 15 de mayo de 2014

Corta estancia

Desde el primer día que te conocí en persona,
ese mismo día te perdí,
sentí que no te tuve nunca,
fuiste una curiosa casualidad,
de la que ya no es bueno lamentar,
solo éramos tu y yo,
en ese cuento del mes de febrero,
en el mismo lugar al mismo tiempo,
nunca me imagine el daño que me ibas a causar,
y aquí estoy de pie,
más fuerte,
menos tonta.