Cambia mi estatus emocional
cuando me llama,
me hace sentir, volar
cuando me abraza,
causa en mi un desequilibrio físico,
cuando me besa una quietud,
una algarabía cuando no esta conmigo,
lo extraño tanto,
que cuento las horas, los minutos para ir a verlo;
me tiene obnubilada
con sus besos en mi hombro,
con su manera de hablarme,
y mirarme,
con su manera de ser,
y hacerme creer.