Se duerme a las 11:30 de la noche,
le gusta leer,
es tan tan tan diferente a mi,
que olvido que mi tolerancia
bebería desistir,
su edad es equidistante
a su alma infante,
todo le impresiona,
hasta la mínima cosa.
A su lado soy una aventurera
extrema,
que no le teme a nada,
que ha vivido un millón de cosas
no exagero,
así me ve;
me he vuelto tan frívola,
que soy capaz de cambiar
mi mundo en días.
Realmente le temo a todo,
a los insectos,
a las alturas,
al maldito olvido,
soy una niña
jugando siempre a ser una adulta,
la que se preocupa por todo,
la que no quiere que le pase nada malo a nadie,
la que le teme hacerle daño a cualquiera,
la que no soporta el dolor ajeno,
soy alguien que tuvo que cambiar
porque fui tan vulnerable
que las cosas simples
no me han vuelto a emocionar.