martes, 30 de enero de 2018

Estática

Ella se veía tan reluciente,
siempre triste,
no era el maquillaje,
ni el protector solar lo que le faltaba,
era un sonrisa sincera, 
esa que había perdido
en una tregua, 
en una escena pérfida y obscena.

Y yo solo le miraba con atención 
de vez en cuando,
cuando se dejaba ver, 
justo cuando no podía evitarlo;
yo solo era una concurrente más
con tantas cosas que decir,
con tantas cosas que no pude decir.