Desaparece tu número de mi agenda,
tu correo,
tu dirección;
me hieres,
con tus malditas palabras,
con tu ironía,
con la actitud que tomas,
con tu indecisión;
de no saber que quieres,
ayer y ahora;
podría seguir,
pero prefiero partir;
no vale la pena,
te menciono que es la única ocasión
que no me interesa rendir cuentas,
no me importa que suceda.