Patéticamente me gustas,
podría pedirte una disculpa,
¿pero, por qué?
si no tengo la culpa
de que te me hagas una persona interesante,
sentimental,
opulenta,
me tomo la culpa,
las consecuencias
de mi sentir,
los insomnios
que me hagas vivir,
las letras que me hagas escribir,
finalmente es algo
que me hace darle un toque
de emoción a este mi mundo,
que me ha costado tanto reconstruir.